Bundesliga: el no-campeón

El torneo 2008-2009 de la Bundesliga tendrá muy probablemente un soberano gris. Si se trata del Bayern, se coronará un equipo en crisis y alejado totalmente de su realidad. Alejado, también, del cuadro que hace un año dominó de principio a fin y que al final conquistó la charola diez puntos de distancia. Y ni hablar de Wolfsburgo, que ante la oportunidad decisiva para amarrar la ventaja fue este domingo al Estadio de la Amistad de Cottbus a tirar por los suelos su racha ganadora perdiendo 2 a 0. Los lobos verdes, que hace semanas demostraron de lo que son capaces y derrotaron 5-1 al Bayern, ahora hicieron de un solo golpe varios regalos al equipo bávaro. Por una parte, dan aire salvador a Jürgen Klinsmann, que verá disminuir la discusión en torno de su persona y su futuro. Pero lo más importante, Wolfsburgo obsequió al Bayern la oportunidad de arrebatarle el título. La jornada 29 era decisiva en la lucha por la corona. Wolfsburgo podía haber acabado la semana con una cómoda diferencia de seis puntos. Quedó apenas a tres, a tiro de piedra del Bayern. ¡Y luego se quejan de que los bávaros dominan por completo el panorama futbolístico alemán! Así que el final del campeonato no está siendo marcado por la cerrada lucha de los números, como superficialmente se podría decir, sino por la mediocridad de dos equipos que quieren, pero no pueden. ¿Por qué pongo en la misma lista al Bayern, cuya crisis es lejana, que a Wolfsburgo, el cual venía de una impresionante racha ganadora? Porque tanto Bayern como Wolfsburgo, como Hamburgo y como Hertha Berlín, por sólo mencionar los cinco primeros en la tabla, comparten un factor que en lo personal me preocupa: la falta de ambición, de garra, de instinto ganador para abrazar la oportunidad y consolidarla. Recordemos que precisamente tras la victoria en Múnich, Wolfsburgo cayó en una especie de exceso de confianza, y la suerte jugó un papel para que ganara, por ejemplo, a Leverkusen. Es decir, desde hace varias jornadas había signos preocupantes en Wolfsburgo, que Felix Magath no supo corregir. El feo vicio de la desidia también puede ser adjudicado a otros cuadros que tendrían oportunidad de competir y no han salido bien colocados en la tabla, como Borussia Dortmund (cuyo proyecto a largo plazo apenas comienza), Bayer Leverkusen (incapaz de sostener el ritmo), Hoffenheim (que perdió por completo la cabeza), Hamburgo (inconsistente) e incluso Werder Bremen o Schalke, las dos decepciones más grandes del torneo. En la jornada 29, Wolfsburgo pudo haberse echado el título a la bolsa. Pero no quiso. Como no quiso Schalke hace dos años. ¡Y no me vayan a salir con que Cottbus tenía con qué disputar el partido al líder general del torneo! Fueron Magath y los suyos los que dejaron ir la oportunidad. Así que si Bayern o Wolfsburgo se coronan, la Bundesliga tendrá un no-campeón. Pero no pierdo la esperanza. Quizá el torneo tenga como ganador a un auténtico cuadro luchador. Es, a mi juicio, la única esperanza que le queda a la maltrecha dramaturgia del torneo, y que Wolfsburgo echó a perder definitivamente este domingo. Lo único que podría salvar a la cualidad competitiva del fútbol alemán actual es que Stuttgart siguiera ganando y llegara al final del campeonato como primer lugar. Entonces se habría impuesto un conjunto que verdaderamente –hasta el momento- muestra ganas de triunfar. Es lo único que haría memorable este torneo. Todo lo demás sería un reflejo del estancamiento del balompié germano. Una victoria no de lo imponderable ni de la uniformidad competitiva, sino simple y sencillamente de la falta de pundonor. Un fiasco absoluto, como los ocurridos este fin de semana en Múnich y Cottbus.

Comentarios

Fernando Salceda ha dicho que…
Enrique:

Esta vez vengo, respetuosamente, a marcar mi desacuerdo con tu texto.
Me tocó comentar el partido entre Cottbus y Wolfsburgo; es cierto que los de Magath estuvieron lejos de su nivel de las diez victorias seguidas, pero yo creo que eso se debió, en gran parte, al gran planteo de Prasnikar y a la disciplina con la que lo llevaron a cabo sus jugadores. Kukielka y Rost le dejaron pocas chances a Misimovic; y en las que el bosnio tuvo, chocó con la impresionante tarea del arquero Tremmel, uno de los de mejor rendimiento de la liga. Burca y Atan no descuidaron nunca a Dzeko y a Grafite. También es justo destacar que el otro guardameta, Diego Benaglio, también hizo un muy buen trabajo. El Bayern campeón de Hitzfeld también cayó 0-2 contra el Cottbus de Prasnikar antes de ganar "Die Schale" con diez puntos de diferencia.
En nuestra charla previa con los colegas me había atrevido a comentar mi sensación de que sería una fácil imposición de Wolfsburgo. Pero el fútbol es el fútbol y por eso nos atrapa, porque uno de los pocas actividades humanas en la que la igualdad entre grandes y chicos o entre ricos y pobres es una realidad posible y no una quimera.

Un gran abrazo.

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