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Mostrando entradas de febrero, 2009

Bayern München y el síndrome bipolar agudo

Los principales medios de comunicación dedicados al fútbol en Alemania hablan de una crisis por las derrotas que ha sufrido el Bayern München frente a Berlín y Colonia, por idéntico marcador de dos a uno, en semanas consecutivas. Esos mismos medios cantarán himnos incontenibles apenas se produzca la próxima victoria del equipo bávaro, suceda ésta cuando suceda. Lo he visto una y otra vez: los medios alemanes, sobre todo en lo que se refiere al Bayern, acusan un síndrome bipolar agudo. Si el actual campeón pierde, un aura sombría remoja la prosa del Kicker , el Sport Bild y otros medios. Pero si al Bayern se le ocurre salir de buenas y corresponder a la clase de sus jugadores, como en el no muy lejano encuentro en el que goleó 5 a 1 al Stuttgart, no hay poder humano capaz de contener los pronósticos inmediatos sobre nuevas glorias de este emblemático cuadro alemán. La volubilidad anímica de los medios alemanes tiene algunas explicaciones. La más sólida me recuerda una lección instantáne

Bundesliga y recuerdos aztecas

La Bundesliga de hoy me recuerda en más de un sentido a la liga mexicana de fútbol de los años setenta y ochenta. No es que el nivel futbolístico de alemanes y aztecas haya sido comparable en algún momento de la historia. Basta recordar la dolorosa goleada que le propinaron los teutones a la selección mexicana, el 6 de junio de 1978, en el Mundial de Argentina. 6 a 0 fue el marcador en Córdoba, en una de las peores exhibiciones que haya protagonizado el equipo nacional en toda su historia. La supremacía alemana sobre México es histórica en el fútbol, y de eso no quedan dudas. Pero toda proporción guardada, la liga mexicana de antaño, como la Bundesliga de hoy, tenía un marcado caracter internacional. Además, estaba plagada de seleccionados, sobre todo de naciones sudamericanas. América compraba muchos jugadores chilenos. Dos eran parte del equipo nacional: Carlos Reynoso, mediocampista de clase excepcional, y Osvaldo Castro “Pata Bendita”. Éste ultimo tenía en el pie izquierdo un cañón

La Paz

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DSCN0487 Originally uploaded by Enrique Lopez Magallon Esta foto la tomé en 2003, durante uno de dos viajes que realicé a Baja California Sur para hacer una investigación editorial sobre las ballenas grises y sus santuarios. Finalmente, la empresa en la que trabajaba se encaprichó en no publicar nada al respecto pese a todos los recursos invertidos. Ahora se quejan de la crisis...

Fútbol, miserias y riquezas

En el fútbol, como en el amor y el resto de la vida, las grandes preguntas tienen respuestas sencillas. Una vez más, México se ve compelido a explorar lo más profundo de su alma e identidad para tratar de explicar por qué perdió la selección nacional contra su similar de Estados Unidos. Las razones no sólo son simplonas sino evidentes. Son las mismas que ocasionan otros fenómenos concomitantes; por ejemplo, que un jugador experimentado como Rafael Márquez, defensa del mejor club del mundo, escoja un partido crucial para comportarse como un muchachillo estúpido; que el hijo pródigo Pável nada haya aprendido en Alemania; que Giovani dos Santos „no la haya hecho“ en el Barcelona; que.... ; en fin, que México siga fiel a su larga costumbre de perder en el fútbol. Hablábamos de las razones. Bueno, ya se han comentado en demasía: la falta de competitividad de la liga, los excesivos sueldos de los jugadores en tierras aztecas, el férreo control de las televisoras sobre decisiones cruciales qu

Hart, Metcalf y Warner

La vida nos tiene guardadas experiencias extrañas que ponen a prueba nuestra capacidad de análisis. Experiencias que de repente nos echa en la cara, cuando creemos que ya todo está escrito. Vivencias que al mismo tiempo nos confrontan con el pasado y nos hacen abrir las puertas de la percepción a la agridulce incertidumbre del futuro. Acabo de vivir una de ellas al ver por primera vez un partido de fútbol americano narrado en alemán. Se trataba, claro, del Super Bowl entre los Cardenales de Arizona y los Acereros de Pittsburgh, con el resultado que todos conocemos. Hacía años que no acompañaba un encuentro de este deporte. Me motivó en primer lugar la emoción de contemplar por fin a mi equipo favorito, los Cardenales, en un partido final de la NFL. Al presenciar las jugadas recordé cómo y por qué me hice simpatizante del equipo rojiblanco. Para empezar, los Cardenales no jugaban en Arizona sino en San Luis. Las estrellas del equipo eran el mariscal de campo Jim Hart y el corredor Terry