Bundesliga: una crisis emocionante

Vienen tiempos difíciles para la Bundesliga. Equipos como el Bayern München, orientados mayoritariamente hacia y por el dinero, temen que la crisis financiera azote con dureza al mercado del fútbol internacional, incluido el alemán. “No sabemos en qué medida nos afectará”, dijo con preocupación el gerente Uli Höneß, a quien parecía tenerle sin cuidado la goleada (5-1) que el Bayern le había propinado al Stuttgart dentro de la competencia DFB Pokal, el martes pasado. Pero el tema que más le aflige al directivo del conjunto campeón tiene nombre y apellido. Y también número: el 7 de la escuadra muniquesa, que corresponde al francés Franck Ribery. Todo comenzó en Dubai, cuando al ocurrente mediocampista, uno de los mejores del mundo, le pareció bien soltar la afirmación de que su futuro deportivo “está abierto a todo”. Esto escandalizó a los directivos del Bayern. Y no es para menos. El conjunto cuenta con grandes estrellas, y con un entrenador célebre como Jürgen Klinsmann. Pero ya en las primeras fechas del torneo quedó muy claro que, sin Ribery, el Bayern München pierde gran parte de su poder. A mí me reconforta pensar que el equipo de Baviera, cuyo monetarismo me parece detestable, depende por completo del volante francés. Quizá la antipatía que me motiva el campeón germano me hace perder objetividad y tino (no por nada soy fan del St. Pauli). Pero no se me olvida el pésimo partido que jugó el Bayern, arrastrando su corona frente al mediocre Karlsruhe en la jornada ocho del torneo y sufriendo para ganar apenas uno a cero con gol de Klose al minuto 86. Ribery jugó, pero fue como si no estuviera: apenas se recuperaba de la lesión sufrida en la Eurocopa y salió del terreno media hora antes de acabar el encuentro. Ese partido fue una muestra de cuánto depende el Bayern del fenomenal Ribery. Así que, ya con una muy exitosa primera ronda a cuestas, el amago del francés fue registrado y, al parecer, ya fue un objeto de minuciosos cálculos financieros. Por algo Höneß dijo que la venta de Ribery es imposible, pues “las cuentas no cuadrarían desde el punto de vista fiscal”. También se habla de que el delantero Luca Toni, inusitadamente creativo y orquestador frente a Stuttgart, estaría harto de vivir en Múnich e incluso se rumoraba que ya había convertido a su compañera Marta en “cornuta” al salir –él- con la ex novia de Boris Becker. Esto ya fue desmentido. El caso es que Toni podría abandonar el Bayern y Ribery, por lo menos, jugará bajo protesta al no verse acompañado de estrellas internacionales como las que demanda para el campeón alemán. Parecido es el caso del mejor jugador de la liga alemana después de Ribery: Diego. Pese a su lealtad hacia el Bremen, el brasileño se ha cansado del fútbol alemán y, sobre todo, de esforzarse sin lograr títulos. No sería raro que emigrara al final del torneo, pese a que tiene contrato hasta junio de 2011. Y la opción lógica sería irse al extranjero, posiblemente a Italia o España. Si esto sucede, la Bundesliga perdería a uno de sus grandes protagonistas de los últimos años. Por si fuera poco, otro trauma aguarda al fútbol germano: la próxima votación que podría dar como resultado el establecimiento definitivo del modelo empresarial en los equipos de la Bundesliga. Tal es la intención de directivos como el presidente del Hannover, Martin Kind. Éste y otros quieren para el fútbol alemán el “modelo Abramovich”; la posibilidad de que una persona o un solo grupo de inversionistas tomen el control completo de las finanzas de los equipos. Tal modelo está agotado, como se verá en las próximas semanas y meses. Pero por lo pronto, las grandes estrellas del fútbol internacional siguen subiendo su cotización merced al endeudamiento de estos inversores. Alemania podría incorporarse por completo a la gran orgía de la galaxia futbolística, si Kind y los suyos triunfan. También se discutirá la posibilidad de incorporar a dos equipos más al máximo circuito, quedando en 20. El Bayern se opone y habla, como siempre, de números: perdería el equipo dos millones de euros anuales, según los afinados cálculos de los muy activos contadores muniqueses. Y por último, puede acentuarse la crisis por el dato que ya he mencionado: la inminente baja en la publicidad, que constituye cerca de 20 por ciento de los ingresos de la liga. Otros factores van a impactar, no necesariamente para mal, a la Bundesliga en 2009; por ejemplo, el recorte de la pausa invernal de seis semanas y media a tres semanas y media. Así, la segunda ronda del torneo 2008-2009, que comenzará este viernes, sin duda nos traerá grandes emociones. No todas ellas emergerán del terreno de juego.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Los espías futbolistas de la Stasi

Bayern München y el síndrome bipolar agudo

Confieso que he narrado / III (El circo massimo)