Por qué no firmo
Me llegó un e-mail en el que se me convoca a firmar por la causa del periodista A.M., muerto mientras investigaba temas de narcotráfico. Mi primer reflejo consistió en plasmar mi simpatía. Pero por desconfianza, una malformación del oficio que ejerzo, me decidí a leer otra vez el contenido del pliego. En él se le exige al presidente de México que otorgue condiciones para que los periodistas aztecas puedan ejercer su profesión sin poner en peligro su vida. Se demanda seguridad, en el país más peligroso del mundo para ciertos (no todos) los informadores. Y entonces me acuerdo de una ponencia pronunciada por R.R., en la cual criticaba la falta de precaución del malogrado reportero al lanzarse a cubrir la peligrosa fuente policial. Sin que lo anterior me conste, me pregunto: ¿qué es en concreto lo que “exigen” los solicitantes de firmas? Más aún, ¿cómo podría el Estado mexicano, en las condiciones en que se encuentra, velar por la seguridad de todos y cada uno de los reporteros que trabaja...